Enrique, no eres tú… y tampoco soy yo. Es el PRI.
Tengo una amiga increíble, hermosa de norte a sur, no cabría aquí todo lo bueno que tengo que decir de ella: es mi Patria.
En su juventud, mi amiga conoció a un mal hombre y se casó con él, fue un matrimonio catastrófico para ella. Durante más de 70 años, fue exprimida en beneficio de los amigos de su esposo.
Este hombre, administró mal el dinero que su esposa tenía para la vejez, gastó lo que tenía para doctores y medicinas en estadios y centros deportivos, no se preocupó por la educación de sus hijos, ni por sus sembradíos, si uno de sus hijos alzaba la voz, era reprimido, encarcelado, castigado y hasta asesinado.
Endeudó a sus nietos y los llevó a la miseria e ignorancia (no le convenían seres pensantes). Generó las condiciones para un perfecto sistema de injusticia. Hizo tantas cosas malas como cosas buenas tiene mi amiga, no cabrían aquí.
Finalmente, mi amiga se divorció y doce años después este señor viene de regreso a pedir su perdón, quiere volver y tristemente mi amiga está a punto de ceder. A pesar de las recientes historias de hombres que endeudan generaciones, que solapan a "gober’s preciosos", que manchan el trabajo de buenos maestros, parece estar ciega.
Muchos de sus hijos apoyan a este señor a cambio de un beneficio que seguramente, continuará pagando en el transcurso de muchos años.
Patria, tienes pocos días para decidir, piénsalo bien, recuerda que algunas personas nunca cambian.
Laurentino García, 20 de junio. 00:31.
Enrique, no eres tú… y tampoco soy yo. Es el PRI (FB).

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