Escribi esto hace exactamente dos años, y como sigue vigente, lo comparto nuevamente.
Ya alguna vez escribí, que uno de mis deseos más fervientes es que en 100 años, México deje de existir.
Que
las fronteras y todo límite que el hombre ha creado sobre la tierra,
desaparezca. Sí, pueden, y deben, seguir existiendo entidades
administrativas territoriales, pero éstas deben de unirnos como parte de
un todo, no separarnos. Que cada una de dichas entidades sea
autosuficiente, que sea capaz de preservar tradiciones e idiosincrasias
de cara a la modernidad, sin que un pueblo envidie a otro o quiera
subyugarlo, y que, si alguien quiera desplazarse y cambiar su
residencia, lo haga por gusto, no por necesidad o persecución. Ubi bene ibi patria.